sábado, 28 de enero de 2012

Sin ideas

El otro día, preso del aburrimiento, y lo que es peor, la falta de sed y ganas de ir a tomar una cerveza, me acerqué al río a deleitarme en mis pensamientos.
Ultimamente no los estoy teniendo especialmente brillantes pero el mero hecho de que algo me impulsase a irme a pensar a un puente podría interpretarse como un adelanto de que algo bueno se estaba gestando.

Total, que ahí me planté yo con cara de tío interesante a ver cómo bajaban las aguas (y algo de porquería). Quedarte mirando el agua en movimiento (como las llamas de un buen fuego) tiene ese aquel hipnotizador que te desconecta del entorno y permite que algo que lleves dentro florezca de una manera más sencilla.

Pues el caso es que el sonido del claxón de un autobús de la EMT que por ahí pasaba me asustó de tal manera que del respingo que di, todas las ideas que estoy seguro que en ese momento estaban apunto de emerger, salieron volando rebotaron en la barandilla y al agua que calleron desde lo alto del puente. Raudo y veloz corrí al otro lado del puente para ver mis ideas esfumarse con la corriente e intentar rescatar algo de ellas, pero la mierda y turbidez de las aguas no me dejaron ver como se iban.

En fin, quise pensar que como las aguas que bajaban, esas ideas eran una mierda y mejor estaban ahí, así que tomé rumbo del bar más cercano a tomarme una cerveza bien fresquita.

jueves, 12 de enero de 2012

Buenos propósitos

Por fin se acabó la Navidad, no podía soportarlo más. Como todos los años esto para mi es lo más parecido a una pesadilla, un sueño horrible del que no veo que llegue el día 6 de Enero para despertar.

Lo peor de todo es que llegado el día 7 tengo que empezar desde cero… tanto esfuerzo, tantos medio empleados en los meses pasados, quedan en agua de borrajas. En fin, qué remedio. Como todos los años, vuelta a empezar y a recuperar lo que he perdido en estas dos semanas de comportamiento irresponsable y hasta cierto punto peligroso para la salud.

Por una cuestión de principios, me niego a ir a las rebajas a renovar el vestuario y prefiero meterme en la dinámica habitual para seguir aprovechando esos pantalones que me quedan como un guante o mis camisetas de toda la vida y a las que tanto cariño he tomado. Lo que he estado haciendo los meses anteriores, se merecen el respeto y la consideración suficientes como para no tirar la toalla y volver sobre mis fueros.

Decidido, voy a recuperar mi tripa, estos abdominales que luzco no me quedan nada bien, la ropa me queda ancha y no hay cinturón ni manera de disimular esto. El que me vuelva a salir pelo en el cuerpo es cuestión solo de tiempo, pero lo de la tripa requiere de un gran esfuerzo y perseverancia.

Largas sesiones de cerveza y tapas a cual más grasienta, y una alimentación en casa en consonancia es lo que necesito.