lunes, 30 de julio de 2012

Verano


El verano es una mala época, me convierte en un ser despreciable. Me he parado a pensar y he visto que en estos días no he hecho otra cosa que traicionar y traicionar.

He traicionado a las cervezas de siempre y ahora me decanto por el tinto de verano, los callos de mi vecina, han pasado a un segundo plano y se han visto plenamente superados por un buen gazpacho.

A mi osito de peluche, lo he abandonado en un rincón del dormitorio porque el calor que da a la hora de dormir me hace insoportable su compañía, amén de que he traicionado a mi bien querida y siempre acogedora cama para echarme las siestas en el sofá y bajo el chorro del aire acondicionado.

Definitivamente el verano es esa época del año en la que me transformo en un ser del que no te puedes fiar, traiciono a todo lo que debería ser fiel, que me acompaña todo el año sin rechistar y me hace feliz.

Pero eso sí… ¿y la capacidad de adaptación que tengo? Estoy encantado, soy un ser camaleónico.