lunes, 30 de julio de 2012

Verano


El verano es una mala época, me convierte en un ser despreciable. Me he parado a pensar y he visto que en estos días no he hecho otra cosa que traicionar y traicionar.

He traicionado a las cervezas de siempre y ahora me decanto por el tinto de verano, los callos de mi vecina, han pasado a un segundo plano y se han visto plenamente superados por un buen gazpacho.

A mi osito de peluche, lo he abandonado en un rincón del dormitorio porque el calor que da a la hora de dormir me hace insoportable su compañía, amén de que he traicionado a mi bien querida y siempre acogedora cama para echarme las siestas en el sofá y bajo el chorro del aire acondicionado.

Definitivamente el verano es esa época del año en la que me transformo en un ser del que no te puedes fiar, traiciono a todo lo que debería ser fiel, que me acompaña todo el año sin rechistar y me hace feliz.

Pero eso sí… ¿y la capacidad de adaptación que tengo? Estoy encantado, soy un ser camaleónico.

viernes, 22 de junio de 2012

Mi noche de S. Juan


Un día decidí deshacerme de todos los recuerdos inútiles que me rodeaban, de todas las cosas que había estado acumulando año tras año y que no hacían otra cosa mas que coger polvo allí donde había decidido colocarlas.

En un principio todos esos recuerdos fueron tratados con el debido respeto y dedicaba mi tiempo a tenerlos con un aspecto presentable, libres de polvo, etc., etc… pero como todo en la vida, uno se cansa y acaba olvidándose de los recuerdos, hasta que una gran capa de polvo se encarga de hacerlos desaparecer.

Pues bien, dado que no reparaba ya mucho en su presencia, un buen día, bolsa gigante de basura en ristre, los fui echando uno tras otro dentro de ella y una vez hice acopio de todos ellos, me dirigí a un lugar apartado y solitario dispuesto a quemarlos.

El espectáculo era impresionante, recuerdos de toda una vida completamente olvidados/ignorados a lo largo de otra vida, ardiendo majestuosamente y desprendiendo un agradable calor. Tal era la atracción de las llamas que ahí me quedé hipnotizado frente al fuego y no reparé en la cantidad de humo que respiré y hollín que se quedó pegado a mi cuerpo.

Una vez el fuego se extinguió, tomé tranquilamente rumbo a casa con la satisfacción de haberme deshecho de recuerdos de toda una vida sin ser consciente de lo que se fraguaba.

Desde aquel infausto día, tengo más presentes que nunca mis recuerdos… bien pegados a mi piel,  circulando por mis venas y perfectamente adheridos a los tejidos internos de mi cuerpo y ahora sí que no hay manera de que me pueda olvidar de ellos.

miércoles, 6 de junio de 2012

Comunicación


Mis últimos problemas con la telefonía móvil me obligaron a darme de baja de mi operador de toda la vida y guardar en un cajón bajo siete llaves mi teléfono móvil y en otro bien alejado y bajo el mismo número de llaves su batería.

Desde entonces he recuperado el encanto de las comunicaciones como antes. Robé en casa de mis abuelos un vetusto modelo góndola de telefónica y dado que no tenía línea fija en casa, lo puse de adorno en el salón y decidí bajarme a la calle a hacer uso de las tradicionales cabinas telefónicas. Mi primer problema ha sido darme de bruces con la realidad que es ser alguien tan obsoleto como para no tener móvil y tener que buscar por la calle una cabina pública y encontrarla, encontrarla y que no esté siendo manoseada por un mendigo que intenta sacar de sus tripas unas monedas, y no digamos encontrarla y que funcione.
Lo que sí he echado en falta es la total inexistencia de cabinas cerradas, aquellas en las que de joven usaba como refugio de los fríos de invierno o techo en los días de lluvia y como no, en las que algún que otro “arrime” de cebolleta realicé. También y ahora que soy más mayor, me atraía la idea de vivir una aventura a lo José Luís López Vázquez en un día de llamada despistada, pero no… imposible.

Aunque no todo van a ser problemas o peros, como no me gustan las actuales cabinas públicas al aire libre, me he dedicado a una actividad mucho más gratificante. Busco teléfonos públicos en bares, con la gran ventaja de que por lo general estos teléfonos se encuentran en baretos de toda la vida: bareto de caña, chato de vino y tapa ideal para la dieta del hipertenso o del que toma leche con Omega3.

La verdad es que nadie me va a llamar porque no tendrán los números de teléfono de esos bares y yo estando ahí tan feliz con mi cervecita y tapa grasienta no creo que tenga necesidad de llamar a alguien, pero el caso es estar comunicado.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Sueños III (o ¿Pesadilla I?)


No sé si mi aventura onírica se me está yendo de las manos, de ahí la duda del título de arriba.

Bien, estábamos en la situación de que había decidido crear unos cuantos sueños húmedos y guardarlos en una caja. El caso es que la única caja de la que pude tirar fue de una de música que tenía de cuando era pequeño y que al abrir, emite una dulce melodía con la que me dormía todas las noches cuando era un tierno infante.

Ahora bien, resulta que he pasado una temporada en la que me ha costado conciliar el sueño y he recurrido como antaño a mi caja de música para conciliarlo. Evidentemente el remedio ha funcionado, pero no he reparado en el detalle de que al dejar la caja abierta con su dulce composición, los sueños que ahí almacené, me han rondado cada una de las noches que he tenido que tirar de ella para dormir a pierna suelta. Y es que ha sido una racha bastante mala para lograr dormirme y he hecho un uso intensivo de la caja.

Todo sea dicho de paso, mis veladas han sido estupendas por partida doble: la música como siempre ha ayudado a que me durmiera; y los sueños han sido de lo más gratificantes.

Pero, ¿dónde está el problema?, quizás se pregunte alguien. Pues bien, el problema radica en que le tengo tanto cariño a esa melodía que la tengo como tono en mi móvil y claro, de un tiempo a esta parte, cada vez que me llaman, cual perro de Pavlov, sufro unas tremendas erecciones con todo lo que ello conlleva. Afortunadamente, aun no he llegado a babear como los perros.

Pero no nos engañemos, ardo en deseos de que sigan llamándome de Jazztel, Telefónica o quien sea, da igual, solo con la llamada soy feliz.

martes, 22 de mayo de 2012

Sueños II


He de reconocer que me lo pasé pipa montando mis propios sueños a capricho: el más que tradicional sueño en el que vuelas como un pájaro y te sientes el amo del cielo; otro en el que el constante descubrimiento de tesoros ocultos te sumen en la más absoluta de las riquezas…; y así hasta un largo etcétera de fantasías creadas a mi antojo.

Fue como volver a la más profunda de mis infancias, recreando un mundo de fantasía y felicidad al que una vez llegada cierta edad no se vuelve. La madurez te fuerza a olvidar esa parte creativa y fantasiosa que todos tenemos y que ahí está, aunque sea en el más recóndito rincón de tu imaginación.

Pero en el fondo sentí que me faltaba algo, lo de soñar a antojo había sido gratificante, pero echaba de menos algo. Así que dado que había gastado todas las palabras que encontré por entre las sábanas aquel día, no tuve más remedio que armarme de paciencia y dejar pasar el tiempo para lograr lo que quería. Era condición imprescindible que pasasen unas cuantas noches y siestas para ir acumulando sueños por entre las sábanas y bajo la almohada.

Cuando hubo pasado un tiempo que consideré adecuado, una mañana tome las sábanas y las agité no con tanto ímpetu como la otra vez, para así evitar que las frases que aun hubieran quedado unidas no se convirtieran en palabras sueltas o lo que era peor, en vocales y consonantes que convertirían en algo más difícil aun mi puzzle onírico.

No fue tan rica la cosecha como la otra vez, pero saque suficiente material como para dedicarme a la tarea.

Era el momento de crear a la carta mis sueños húmedos y lo que es aun mejor, guardarlos en una cajita para poder tirar de ellos en momentos de apuro.

jueves, 10 de mayo de 2012

Sueños


El otro día me sorprendí a mi mismo haciendo la cama por primera vez en mucho tiempo.

No sé muy bien a qué obedecía dicho comportamiento, pero ahí me encontraba abriendo las ventanas de la habitación, retirando las sábanas y dejando todo a merced del fresco aire de la mañana.

Tras desayunar, volví a rematar la faena para dejar todo en prefecto orden y recogido. El caso es que al sacudir las sábanas para terminar de orearlas y dar unos buenos manotazos a la almohada, saltaron por los aires montones de palabras que quedaron amontonadas sobre el colchón. “Dios mío”, es todo lo que alcancé a decir al tener frente a mi las palabras que debían componer los sueños e historias que me habían acompañado en mis ratos de descanso a lo largo de ni se sabe las noches (y los días).
Y ahí me vi yo… con un montón de palabras que tal y como estaban no significaban nada y no me permitían rememorar los sueños que había tenido.

De repente algo se apoderó de mi con gran fuerza y me puse a recopilar como un poseso cada una de las palabras que allí se encontraban, para ver si era capaz de recuperar esa parte de mi subconsciente. El trabajo fue duro y no tardé en acabar desesperado y cansado por no llegar a buen puerto en mi cometido, así que tomé una decisión sabia y práctica: partiendo de la base de que tenía ahí un buen repositorio de palabras, ¿por qué no componer lo que me diera la gana? Total, me dediqué a conectar las palabras de la manera que más me gustó.

Al fin y al cabo, eran mis sueños y podrían ser como yo quisiera que fueran.

jueves, 26 de abril de 2012

Triatlón Arenales 113 (Elche 2012)


Bueno, pues voy a tomar prestado este espacio para hacer una crónica de lo que ha sido el Triatlón Arenales 113 (medio IM en Elche), en la que ya participaba por 3ª vez consecutiva y que este año los Diablillos éramos muchos y dispuestos a hacerse notar (no por mi, claro).

Para empezar este año alquilamos un apartamento en el mismo Arenales, lo cual es mucho más cómodo a la hora de dejar los trastos en boxes el día anterior (y no digamos para el día de la carrera). Este año se adelantaron horarios y aunque tuve que madrugar como todos los años, esta vez al estar al lado, el madrugón fue menos.



El día previo a la carrera pues muy relajado. Por la mañana salí a montar en bici por el circuito de la carrera hasta el polígono industrial de Elche, ahí ya empecé a disfrutar del aire que pegaba bien, aunque nada parecido con lo que íbamos a tener en la carrera. Tras la vuelta, recogida de dorsales, dejar bici en boxes y dedicándote a gastar dinero en los puestos que montan junto a la carpa, charlando y comiendo con los compañeros del equipo y asistiendo a la charla técnica en la que hay que admitir que Ximo, que es un crack, la hace hasta amena y divertida.

Muy resumidamente podemos decir que en eso consistió el sábado, tras la cena vuelta al apartamento a dejar preparadas todas las cosas para que el domingo solo tuviera que desayunar, vestirme y bajar a boxes.

El domingo por la mañana para no faltar a la tradición, antes de que sonase la alarma a las 6, ya estaba despierto. Pies al suelo, y tras pasada por el baño, a desayunar fuerte aunque el estómago a esas horas aun no está para que le entre nada. A poco más de las 6.30 ya estaba en boxes preparando las cosas y comprobando la bici, y en ese momento me doy cuenta de que me he olvidado los sándwiches de nocilla (que merendilla), uno para mi y otro para Giselle que me lo había pedido. En principio dudo si subir o no subir al apartamento a por ellos pero cuando Manu me pregunta por ND3 porque se lo ha dejado en el hotel, me decido a hacer unas cuestas para ir entonando las piernas camino del apartamento otra vez.

Abajo, ya quedo bien con Giselle dándole su sándwich de nocilla y con Manu y su ND3 (por eso le salió tan bien la bici, me debes una).

Como nota curiosa está la consulta que le hago a un juez Fetri sobre si se puede ir con las pantorrilleras en el agua bajo el neopreno o no, la respuesta no tiene pérdida: “con la norma en la mano, no. Ahora bien, si te las pones bajo el neopreno y yo no las veo, pues sí puedes usarlas aunque proporcionen una ventaja”. Dejando de lado la respuesta, aun sigo buscando cual es la ventaja aportada por llevar unas pantorrilleras en el agua, más allá de la que me aporten por llevarlas en la bici y carrera a pie.

Y nada, cuando creo que ya tengo todo, decido irme al ropero a dejar la mochila e intentar olvidarme un poco de todo intentando charlar con la gente. Evidentemente no tengo todo porque en la playa me acuerdo de no haber sacado la visera para la carrera a pie.

Bien, llega la hora de la verdad, al agua a calentar (y sentir lo fría que está) y meada de rigor, despedidas deseando suerte a los del equipo y conocidos que te encuentras, y a cámara de llamadas con José Antonio, Pedro y Julio. Concentración antes del pitido inicial y acumulación de nervios mientras ves salir a las chicas, y los élites masculino y grupo de edad >45.

Con el bocinazo de salida me llama la atención que la gente sale igual que si estuviéramos en un sprint, en años anteriores no he visto esto y me pilla desprevenido. Me quedo un poco encerrado, esquivando hostias y dando a todo aquel listo que se debe pensar que se puede pasar por encima mía. Tragos de agua varios y problemas para coger un ritmo de respiración normal. La verdad es que paso unos 100 metros o más bastante malos que me agobian mucho pero logro zafarme de la masa nadadora hacia la derecha y ya poder tomar una brazada normal y respirar cada 3 como suelo hacer y empezar a sentirme cómodo.

El resto de la natación normal, a mi ritmo aunque sin saber muy bien por qué, yéndome hacia la izquierda según miraba a la boya inmediata. Esto me hace tener que levantar la cabeza más de lo normal para no perder la línea recta y no es achacable a corrientes porque de ser así, al girar en la 2ª boya, me tendría que haber desviado hacia la derecha, pero no… seguía con mi deriva a izquierda (o babor, que como estamos en el agua, hay que hablar con propiedad).

Piso la arena con un tiempo de 29:28, que creo que no está mal tal y como empecé y que son aguas abiertas. Ahora bien, habría que ver si eran 1.900 metros o no. En el paso por el chip a la entrada de boxes me marcan 29:54.

Y bien, transición normal (nunca he sido Flash Gordon), pero sí que gano este año algo porque decido que no voy a hacer la carrera con las pantorrilleras, con lo cual gano un tiempo muy interesante al no ponérmelas con las piernas mojadas. Carrerita por boxes y tomo una decisión arriesgada, que es ponerme las zapatillas en marcha, más aun sabiendo que nada más salir, el cachondo de Ximo nos mete una pedazo de cuesta del copón. Me sale bien la jugada y soy capaz de hacerlo, no así unos cuantos que veo que echan pie a tierra.

Empieza la parte de bici, este año ha habido cambio de circuito y aunque se alarga un poco (90km clavaditos), el circuito es una gozada porque está cerrado al tráfico y se desarrolla durante 60km en una vía de dos carriles por sentido y con un arcén muy generoso. Como dijo Ximo, un circuito para decir a tu pareja “¿ves cariño como la inversión en las ruedas de perfil sirve para algo?”.

El problema es que toda la semana ha estado haciendo aire y como no podía se de otra manera, el día de la carrera también. En el primer sector (hasta el polígono de Elche) soplaba ligeramente en contra lo que hacía pensar en una vuelta cómoda, recuperando y a ritmo alegre. Pero no… no fue así. En el nuevo tramo del sector ciclista el viento pegaba ligeramente de culo en sentido Alicante, lo que hace que vaya bastante rápido y cómodo. Cómo nota anecdótica no se le ocurre otra cosa a un globero en bici de montaña que picarse conmigo en uno de estos tramos rápidos. Yendo a unos 40 km/h el tío con su MTB echando las tripas y tan contento, yo le miré y le dije que así tenía que ir 90 km, que no valía solo 300 metros. En fin.

Al llegar a Alicante, giro de 180º y a toparse con el viento de cara, pues nada… a tomarse las cosas con calma que aun queda mucha bici por hacer. Tengo un momento de debilidad notándome un poco flojo de piernas, pero me tomo un gel y o es efecto placebo o realmente funciona, las malas sensaciones en las piernas se me van. A todo esto, aparte del gel, procuro ir degustando mis porciones de sándwich de nocilla (que merendilla) y también trocitos de barrita energética. Para poder empujar bien todo el engrudo, nada mejor que tragos de agua y/o ND3. A todo esto, me dedico a ir animando a la gente del equipo que como era de esperar me dan buenas lijadas y que como voy de “secreta”, no me reconocen al adelantarme: unos me reconocen al hablarles, otros miran hacia atrás extrañados porque han oído su nombre. Así me van adelantando José, Alex, Pedro, Carlos, Isaac, Sergio, Raúl y por último Javi que años atrás me cogía a pie pero este año en la bici se ha aplicado (bueno, como todos los nombrados que han dado un salto cualitativo destacable solo que Javi no me cogía :D).

Al comenzar la 2ª vuelta, decido que ya va siendo hora de echar un pis, así que llegado a un punto alto del circuito, me paro para aliviarme debidamente. En el tramo de la 2ª vuelta, el aire no se nota mucho y ahí está la putada del día porque era el inicio del cambio de dirección del mismo, otra vez llegamos a Alicante y media vuelta. Que bien… aire de culo y a ir deprisa… hasta Elche. Al llegar a Elche y volver a cambiar el sentido me doy de bruces con la tortura final, viento fuerte de cara hasta que me bajé de la bici en Arenales.

Como en todos estos triatlones, en la bici quien manda es el pulsómetro, así que con el aíre en contra y para no quemarme sigo con el imperativo de no pasar de 140 ppm y con este aire razón de más, cosa que ya me ocurrió el año pasado. Así que la parte final me la tomo con mucha calma y bastante miedo por ver cómo responderán las piernas en la media maratón. Aprovecho para tomarme un gel con el que atacar el sector a pie en la entrada a Arenales.

La última cuesta al llegar a Arenales se me atraganta cosa mala (pánico), pero bueno… llego a boxes dejo la bici y me zampo unos aminoácidos ramificados que me había olvidado de tomar en la bici. Parcial de 3:03:32 (3:04:04 según clasificaciones)

Y bien, empieza la carrera a pie… a mi ritmo. En esta parte me había marcado la intención de no parar en los avituallamientos como sí hice en años anteriores y tomar el líquido que fuera en marcha. Aunque se me hace duro el sector de carrera por el calor, me anima el hecho de que cuando el terreno se pone llano cojo un ritmo bastante decente para lo que soy yo, eso sí… las plantas de los pies me arden y en el avituallamiento que hay en la zona de dunas (km 5 aprox.), decido parar para vaciarme sendas botellas de agua en cada una de las zapatillas. Ya de paso aprovecho para mear. Una parada no planificada pero entra dentro de los márgenes de error.

El refresco de pies me sienta de maravilla y más aun por el tramo de tierra dura y piedras que hay que cruzar (esta vez, afortunadamente, solo se va… años anteriores se iba y volvía), acabo la primera vuelta en unos modestos 58 minutos que para mi saben a gloria y me hacen plantearme si seré capaz de bajar de 2 horas en los 21km.

Y comienza la 2ª vuelta… no parece que flojee y repetimos jugada, escaleras y rampa caminando y a trotar… el tramo de bajada tras las escaleras hay que reconocer que es una gozada aunque castigue un poco las rodillas, y a llanear.

Durante todo el recorrido me he ido cruzando con la gente del equipo, ánimos varios en los que reconozco que a veces soy incapaz de decir el nombre (me debe de faltar riego al cerebro).

Sobre el km 15 adelanto a Raúl que parece tener problemas musculares, yo sigo a lo mío con vistas a llegar la zona de arena aunque recibo un par de avisos en el gemelo izquierdo. Llega la arena y me dedico a caminar y ahora no sólo el gemelo sino el muslo me empiezan a amagar un poco. En el mismo tramo de arena, me coge Raúl y ya decidimos terminar la carrera juntos (bueno, el me saca 5 minutos realmente) y eso hacemos. El aun tiene ganas de contestar a la gente que nos anima y me propone apretar en el tramo final del paseo marítimo de poco más de un kilómetro. Y bien… apretamos, yo empiezo a temer por la pierna izquierda, pero aguanto y entramos los dos de la mano en meta, yo con un tiempo de 1:59:14 en la media maratón (1:58:34 según clasificaciones) y un tiempo final de 5:39:18 que me saben a gloria teniendo en cuenta que hace dos años hice 5:29 y eran menos kms de bici y sin viento. Visto así, yo creo que la carrera ha sido la mejor de las tres participaciones. Además, este año he nadado mejor y he corrido mejor, bajando de las dos horas que para mi y con este circuito creo que está muy bien.



Y bueno, tras la llegada a meta, comentarios con el resto de la gente del equipo, algo de zampa: fruta, paellita, líquido… CERVEZA!!!!!!! Y felicitaciones a los IM’s porque han hecho una gran carrera y se les ve que van a correr de cine en Frankfurt.

En resumen, pues muy contento de cómo me salió todo, más aun teniendo en cuenta que el domingo anterior estuve yéndome por las patas abajo y me dejó los primeros días de la semana con un poco de flojera de piernas, pero parece que me recuperé para la carrera. Y el año que viene creo que va a estar chungo lo de volver a correr, no por falta de ganas, pero otras obligaciones me van a quitar horas de entrenamiento, sueño… aunque espero que me dé muchas horas de satisfacciones. Pero quien sabe… lo mismo me da el punto y cometo una locura.

En total, mis tiempos fueron:
29:28
3:59
3:03:32
3:05
1:59:19
Total 5:39:19

Y los de la organización
29:54 (parcial 125-11 GE)
3:04
3:04:04 (parcial 682-103 GE)
3:42
1:58:34 (parcial 619-98 GE)
Total 5:39:18 (Puesto 616 y 98 de mi G.E.)


martes, 6 de marzo de 2012

Soledad

Esto de estar solo no tiene otra cosa que no sean ventajas.

Definitivamente estoy convencido de que el tener la libertad para hacer lo que te place en el momento que te place, no se le puede poner ni un solo pero.

Se acabó el tener que dar explicaciones, entablar largas negociaciones para hacer cualquier cosa.

De un tiempo a esta parte soy más feliz yendo a mi bola y no teniendo que preocuparme de terceros. ¿Me apetece irme de finde? Pues me voy. Disfruto de mis paseos por el camino que me apetece, voy a ver las películas que quiero y si se me antoja tomar una cerveza en el bar más grasiento de la calle, pues lo hago.
Esto me ha llevado a una actividad frenética en la que no paro de hacer cosas. Menos el rato que empleo para dormir (que no es corto), el resto de las horas es un no parar, es una actividad continua, es una felicidad absoluta.

Ahora bien, empiezo a tener un problema. Tanta felicidad me está empachando, ya me carga tanta actividad y tanta acumulación de experiencias y conocimiento. Necesito alguien con quien compartir todo esto para ver si me desahogo o alivio de esta sensación.

Que mierda es esto de estar solo.

sábado, 28 de enero de 2012

Sin ideas

El otro día, preso del aburrimiento, y lo que es peor, la falta de sed y ganas de ir a tomar una cerveza, me acerqué al río a deleitarme en mis pensamientos.
Ultimamente no los estoy teniendo especialmente brillantes pero el mero hecho de que algo me impulsase a irme a pensar a un puente podría interpretarse como un adelanto de que algo bueno se estaba gestando.

Total, que ahí me planté yo con cara de tío interesante a ver cómo bajaban las aguas (y algo de porquería). Quedarte mirando el agua en movimiento (como las llamas de un buen fuego) tiene ese aquel hipnotizador que te desconecta del entorno y permite que algo que lleves dentro florezca de una manera más sencilla.

Pues el caso es que el sonido del claxón de un autobús de la EMT que por ahí pasaba me asustó de tal manera que del respingo que di, todas las ideas que estoy seguro que en ese momento estaban apunto de emerger, salieron volando rebotaron en la barandilla y al agua que calleron desde lo alto del puente. Raudo y veloz corrí al otro lado del puente para ver mis ideas esfumarse con la corriente e intentar rescatar algo de ellas, pero la mierda y turbidez de las aguas no me dejaron ver como se iban.

En fin, quise pensar que como las aguas que bajaban, esas ideas eran una mierda y mejor estaban ahí, así que tomé rumbo del bar más cercano a tomarme una cerveza bien fresquita.

jueves, 12 de enero de 2012

Buenos propósitos

Por fin se acabó la Navidad, no podía soportarlo más. Como todos los años esto para mi es lo más parecido a una pesadilla, un sueño horrible del que no veo que llegue el día 6 de Enero para despertar.

Lo peor de todo es que llegado el día 7 tengo que empezar desde cero… tanto esfuerzo, tantos medio empleados en los meses pasados, quedan en agua de borrajas. En fin, qué remedio. Como todos los años, vuelta a empezar y a recuperar lo que he perdido en estas dos semanas de comportamiento irresponsable y hasta cierto punto peligroso para la salud.

Por una cuestión de principios, me niego a ir a las rebajas a renovar el vestuario y prefiero meterme en la dinámica habitual para seguir aprovechando esos pantalones que me quedan como un guante o mis camisetas de toda la vida y a las que tanto cariño he tomado. Lo que he estado haciendo los meses anteriores, se merecen el respeto y la consideración suficientes como para no tirar la toalla y volver sobre mis fueros.

Decidido, voy a recuperar mi tripa, estos abdominales que luzco no me quedan nada bien, la ropa me queda ancha y no hay cinturón ni manera de disimular esto. El que me vuelva a salir pelo en el cuerpo es cuestión solo de tiempo, pero lo de la tripa requiere de un gran esfuerzo y perseverancia.

Largas sesiones de cerveza y tapas a cual más grasienta, y una alimentación en casa en consonancia es lo que necesito.