martes, 29 de marzo de 2011

Unos azotitos.


Rihanna ‘me gusta que me azoten y me aten’

Esta artista se ha destapado con unas, cuanto menos, curiosas declaraciones en la revista Roling Stone. En esta sociedad tan particular en la que vivimos levantarán ampollas y en algunos levantará otras cosas que no tienen “am”. Ya sabemos que la gente se sugestiona viendo unos pies, unos tacones, etc… así que con unas declaraciones así mejor no entro en detalles.

No dejara de ser un sinsentido para su expareja, de cuyo nombre no puedo acordarme (a mi es que el rap no me va mucho.Yo soy como Bruce Willis en “El Último BoyScout” que ante la amenaza de hacerle sufrir y torturarle uno de los malos, el se destapa con un: “¿quieres hacerme sufrir? Pues cánteme un Rap”),  ya que el pobre fue condenado por maltrato hacia la moza. Quien sabe si lo que realmente ocurrió en aquella ocasión es que se emocionara más de lo normal, ella le pidiera algo más contundente y vaya que si lo dio. Resultado final, ella unos más que evidentes moratones y el una visita guiada al calabozo.

Bueno, el caso es que esto sacará a la luz la hipocresía de unos, el interés de otros cuantos por los asuntos ajenos y mi más absoluta indiferencia. Porque la verdad… a mi qué me importa que a esta mujer le guste que la atén al cabecero o la pongan las nalgas (bellas nalgas por cierto) como un tomate de coloradas. Si ella es feliz así, pues nada hija… búscate un hombre que te quiera, que te tenga llenita la nevera y el culo a cien grados centígrados. Cada uno, que haga o disfrute de sus temas como le venga en gana es su intimidad, es su vida y punto, ¿no?

Ahora bien… también cabría la posibilidad de que todo esto sea una maniobra para estar en boca de más de uno y darse publicidad gratuita. Que la gente hila muy fino hoy en día y con tal de ser la comidilla, no le importa que se la imaginen esposada al cabecero de la cama y solicitando ser castigada por chica mala.

Vaya… esta última imagen no pinta mal.. hasta otra, que tengo que ausentarme.

martes, 8 de marzo de 2011

Observando

Siempre he tenido un yo "voyeur" al que le gusta observar a la gente que le rodea sin más. A veces se pueden llegar a sacar conclusiones de lo más variopinto sin pretender hacerlo, ya sea por gestos, vestimenta, conversaciones que captas sin querer (no soy cotilla, eh?), etc.

Uno de los mejores lugares para saciar este yo es sin duda, el metro. Una muchedumbre ahí expuesta para que tu, si no estás leyendo, te puedas recrear viendo lo más variopinto de la fauna urbana. No suelo cogerlo mucho que se diga (el metro), además no me gustan las aglomeraciones y en hora punta a pesar de que es un medio de transporte que me gusta, huyo de él como alma que lleva el diablo.

En fin, que siempre que tengo oportunidad  y monto en metro, procuro echar un vistazo a la gente que me rodea. La gente del trabajo la tengo muy vista y en los semáforos a lo más que llego es a lo guarra que es la gente porque el que no se está sacando un moco, tira la colilla por la ventana, un papel o lo que se tercie.

También me ha llamado la atención, la facilidad de la gente para entablar conversación entre sí en determinados sitios. Por ejemplo el mercado: un sitio perfecto para que mientras estás esperando a ser atendido por el frutero, alguien te dé palique sobre cualquier cosa que a mi por lo general me trae al pairo.

El lugar por excelencia para entablar conversación es la cosulta del médico. Ahí suele ser inevitable escuchar las conversaciones de los demás, dado que la gente tiene la insana costumbre de contarse sus penas en un tono más alto de lo normal. No sé si porque todos están en una carrera a ver quien es el que está más malo de todos, más medicamentos lleva recetados, más penas padece, etc, etc.
Este es uno de los lugares en los que o te pones música a todo trapo, o no hay manera de evitar enterarte de las desgracias o penurias ajenas, haced la prueba. Yo por lo menos, con el periódico o con un libro he de alcanzar cotas de concentración increibles para llegar a no coger hilo de la conversación de alguien. Aun así, te llegan trazas de lo que comentan y es más que probable que puedas componer un escenario de qué penas le afligen al voceras de turno.

Podríamos decir que como las consultas del médico son sitios frecuentados por gente entrada en edad, es ese colectivo el que se encarga de amenizar la espera de los que allí nos encontramos y que la verdad, nos interesa bien poco qué es lo que les pasa. Pero no, no hay que ser tan mayor para contarle las penas al primer conocido (o no) que se pone a tiro.

Sí sí... he dicho que tengo un yo "voyeur", pero todo tiene un límite y una traza de su conversación me vale, no los medicamentos que le han sido recetados, cuanta fiebre tiene u otros detalles tirando a desagradables.

En fin... ¿para qué todo este rollo? Pues resulta que observando he hecho un descubrimiento: hay un lugar en el que a la gente no le gusta hablar, reprime esas ganas de hacerse notar y procura mayoritariamente mantenerse en el más discreto de los anonimatos. Es también en la consulta del médico pero según qué especialista.

No voy a entrar a detallár qué especialistas frecuento porque no viene al caso ni aportaría nada a esta historia, no... el caso es que tiene su lógica, porque pongamos por ejemplo que te presentas en la consulta del urólogo. A nadie le gusta ponerse a contar a viva voz que tiene "centollas" en los huevos o que tiene una infección del carajo para no dar opción a pensar a la concurrencia si eres un pobre desgraciado o un depravado de tres pares de narices. No, ahí la gente guarda un escrupuloso silencio y se dedican a sus lecturas, sus pensamientos, etc.

Como este, podríamos poner muchos ejemplos: estar en la cola del proctólogo y ponerte a hablar con el vecino que te van a meter una cámara por el culo para ver qué tal están tus almorranas o fisuras anales. Si se  trata de un hombre, empezamos a tocar temas delicados y que bordean la frontera del honor y la hombría de más de uno. De una mujer, no sé... pero por empatía supongo que tampoco agrada abrir (perdón por la expresión) tu corazón de esa manera a tus vecinos de asiento.

Y no solo el hecho de desvelar nuestra intimidad médica, no. Dichas conversaciones no son agradables para los demás y se puede percibir el gesto de disgusto en más de uno ante las conversaciones que puedan surgir en alguna de las situaciones descritas.

Volvamos al proctólogo: imaginarse la escena, ya sea Clauda Schiffer o un sexagenario, creo que es algo que tanto a mi como a otros no agrada. Alguien postrado e indefenso a lo que el bueno del facultativo quiera "escarbar" en ti, da cuanto menos, yu-yu.

Cómo podemos llegar a cambiar aun estando en un sitio técnicamente igual que el anterior, pero que entendemos que nos compromete más de cara a la gente que ahí puedas encontrarte. Y todo eso, sin llegar a plantearte que igual que tu se encuentra tu vecino de asiento, que él o ella (por lo de la paridad) no está ahí porque no tiene mejor manera con que perder el tiempo si no porque es más que probable que tenga un problema como el tuyo y sea capaz de solidarizarse mejor que cualquier otro contigo.

¿Es esto un sinsentido? Para mi definitivamente sí, pero cuando llegue el día que tenga que pedir recetas de viagra negaré la mayor y afirmaré que son para revenderlas en el próximo concierto de los Rolling.

jueves, 3 de marzo de 2011

Heil Galliano

Esta vez creo que la actualidad me ha servido en bandeja hablar del sinsentido en este blog.

El culpable de esto, aparte de los medios, ansiosos ellos por hacer noticia de lo que tal vez no lo sea, es un personaje llamado John Galliano. Este diseñador de fama mundial y reconocida (no será por mi) no ha tenido mejor ocurrencia que en plena borrachera dedicarse a lanzar alabanzas al señor Adolfo Hitler.

El cometido de este post no es entrar a valorar el mundo de la moda, no… y eso que seguro daría para un post largo, y hablar de los diseñadores creo que a uno aun más largo sin yo tener ni p. idea de moda. Bueno, hoy el cometido es hacer un poco de mofa sobre este señor y su numerito en un café parisino.

De los vistazos echados a los diversos medios (papel y electrónicos) en los que me he encontrado esta noticia, me han llamado la atención las fotos que acompañaban a los artículos sobre el susodicho.

Jo, yo no soy George Clooney ni creo que tenga un gusto exquisito a la hora de vestirme, pero ver las fotos del señor Galliano me ha llevado a la siguiente reflexión.

Alguien que es capaz de salir así por la calle (a no, que eso es moda y de la buena. Adjunto foto) no debe de tener dos dedos de frente. Si este es el caso, aclarado está que diga lo de viva Hitler.
 Si tiene dos dedos de frente extraña que diga las memeces que dijo.

A ver, ¿este tío se ha planteado lo que harían con él (o alguien como él) Hitler, Goebbles o cualquiera de sus fans? Si llega a ser negro, se nos hace del KKK, es decir todo un sinsentido.

PD… bueno, también puede ser que al muchacho le provocasen y fruto de su estado de embriaguez se le soltara la lengua y dijera algo con lo que no comulga. Y ya sabemos como es la gente y cómo son los medios. ¿O no?

martes, 1 de marzo de 2011

Los comienzos son difíciles.

Vaya... pues ya tengo un blog. La verdad es que esto no es una gran novedad, dada la cantidad de "blogs" que hay por ahí... y visto lo visto, o leído lo leído, el tenerlo tampoco es prueba de una alta capacidad intelectual. No es que yo sea Einstein o Cervantes... que va, pero al menos prometo mantener un cierto respeto a la ortografía española.

Lo peor de estas cosas es pensar qué puede uno ponerse a escribir y que le sea de interés a cualquier persona que esté en cualquier punto de este redondo planeta. ¿Tengo algo interesante que contar? ¿Soy un tío gracioso? ¿Puedo llegar a aportar algo desde aquí?

Definitivamente, no... no lo creo, pero bueno, como ponía antes, visto lo visto... si cualquiera tiene un blog y escribe las sandeces que se llegan a escribir, creo que yo puedo poner mi granito de arena a este sinsentido de los blogs.

Salu2 a la concurrencia.

PD... ya se me irá ocurriendo de qué escibir... como decía el ministro de fomento, cuyo nombre no voy a decir para preservar su identidad, espero que mi blog sea "eterodoso".