De vez en cuando me vuelven a visitar miedos o temores que
tenía en mi época de infante. Son como las visitas de los familiares lejanos
con los que no tienes nada en común y menos contacto acaso. No tienes ganas de
soportarlos otra vez, pero no te queda otra que aguantar el tiempo que haga
falta y esperar que a su partida, vuelvan lo más tarde posible.
Todo esto viene a colación porque hace unos días me vio a
visitar el miedo de los “angelitos”. ¿De donde viene esta denominación? Pues
bien… de pequeño, de muy pequeño, mi madre antes de irme a la cama me cantaba
aquello de “cuatro esquinitas tiene mi cama/cuatro angelitos que me la
guardan…” Yo por aquellas épocas tenía menos conocimiento aun si cabe que en la
actualidad y me perturbaba mucho la idea de estar durmiendo y tener a cuatro
personajes ahí plantados vigilando mis sueños. ¿Quiénes eran esos personajes?
¿Por qué habían de estar ahí plantados vigilándome? ¿Tendrían oscuras
intenciones de las cuales estando yo dormido no me enteraba?
El caso es que este montón de cuestiones no resueltas,
hicieron que tuviera pavor a dormir y me provocaran un insomnio de caballo
durante un tiempo. Así, hasta que tuve a bien olvidar a dichos angelitos.
El paso del tiempo, saber que no dejaba de ser una canción
amable, que mi madre con toda la buena intención del mundo me cantaba para que
me durmiera como un bendito y por qué no decirlo, el crecer y tener un poco más
de conocimiento, no hizo que el miedo a tener a gente plantada junto a mi cama
mientras dormía desapareciera.
Pues bien, volvamos al comienzo del texto… sí, este es uno
de los miedos que ha tenido a bien visitarme y tiene toda la pinta de que ha
venido para quedarse (mucho tiempo lleva ya como para ser una visita pasajera).
La falta de horas de sueño está provocando que vaya por la
calle arrastrándome como alma en pena, no tengo ni ganas de entrar en los bares
a tomar mi buena cervecita con tapa, a lo sumo un café.
Una solución de urgencia ha sido dormir en el sofá, pero si
bien es incómodo echar largas tiradas de sueño en él, no deja de tener sus
esquinas (4 para más datos) con lo que vuelvo al punto de inicio de esta
historia.
Creo que tendré que cortar por lo sano y deshacerme de mi
cama, cambiarla por una redonda va a ser la solución. Está decidido… es el
momento de renovar (por obligación) mi querida cama y más amado colchón y ya
tengo cerrado el pedido al que solo le veo una pega, pero claro, necesito
dormir de una vez por todas.
Espero que no venga a visitarme el miedo a ahogarme ya que
el colchón de esta cama es de agua.
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